Pregunta:
Testigos de Jehova,¿ Porque no creen en la Trinidad?
albertoruiz_2@yahoo.com.mx
2007-05-29 10:00:42 UTC
¿Porque no creen si la biblia lo enseña?
La Biblia nos Muestra la Trinidad Cuando Habla del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en el Mismo Nivel y en el Mismo Pasaje
"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros" (2 Corintios 13:14).
tambien se puede ver en: Mateo 28:19; vea también Juan 14:26; Lucas 3:21-22

Cristo y el Padre no son Dioses Separados, Ambos Poseen el Mismo Espíritu. (Romanos 8:9-11).

Los Atributos (o Características) de DiosPertenecen al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Eternidad (Salmos 90:2; Miqueas 5:2; Hebreos 9:14)
Omnisciencia (Jeremías 17:10; Apocalipsis 2:23; 1 Corintios 2:11)
Omnipresencia (Jeremías 23:24; Mateo 18:20; Salmos 139:7)
Santidad (Apocalipsis 15:4; Hechos 3:14; 1 Tesalonicenses 4:8)

Las Obras de Dios se Atribuyen Igualmente a las Tres Personas
a creación es sólo un ejemplo (Salmos 102:25; Colosenses 1:16; Job 33:4).

¿Sabiendo todo esto por que no Creen?
Once respuestas:
?
2007-05-29 10:17:54 UTC
Los textos los conocemos bien, el problema es que lo mal interpretan, te dejo la explicación, es larga, pero si lo querés leer te lo dejo.



Trinidad



Definición: La doctrina central de religiones de la cristiandad. De acuerdo con el Credo Atanasiano hay tres divinas Personas (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo), y se dice que cada una es eterna, cada una es todopoderosa, ninguna es mayor ni menor que la otra, y cada una es Dios, y que, no obstante, juntas son un solo Dios. Otras declaraciones del dogma dan énfasis a que estas tres “Personas” no son seres o individuos separados y distintos, sino que son tres manifestaciones en que existe la esencia divina. Así, pues, algunos trinitarios dan énfasis a su creencia de que Jesucristo es Dios, o de que Jesús y el Espíritu Santo son Jehová. No es una enseñanza bíblica.



¿Qué origen tiene la doctrina de la Trinidad?



The New Encyclopædia Britannica dice: “Ni la palabra Trinidad, ni la doctrina explícita como tal, aparecen en el Nuevo Testamento; tampoco se propusieron Jesús y sus seguidores contradecir el Shema del Viejo Testamento: ‘Oye, oh Israel: El Señor nuestro Dios es un Señor’ (Deu. 6:4). [...] La doctrina se desarrolló gradualmente en el transcurso de varios siglos y en medio de muchas controversias. [...] Pero a fines del siglo IV [...] la doctrina de la Trinidad adquirió básicamente la forma que ha mantenido desde entonces” (1976, Micropædia, tomo X, pág. 126).



La New Catholic Encyclopedia declara: “La formulación ‘un solo Dios en tres Personas’ no quedó firmemente establecida, y ciertamente no se asimiló por completo en la vida cristiana ni en su confesión de fe, antes del fin del siglo IV. Pero es precisamente esta formulación la que originalmente reclama el título de el dogma trinitario. Entre los Padres Apostólicos, no había existido nada que siquiera remotamente se acercara a tal mentalidad o perspectiva” (1967, tomo XIV, pág. 299).



En The Encyclopedia Americana leemos: “El cristianismo se derivó del judaísmo y el judaísmo era estrictamente unitario [creía que Dios era una sola persona]. El camino que llevó de Jerusalén a Nicea difícilmente fue recto. El trinitarismo del siglo IV no reflejó con exactitud la enseñanza del cristianismo primitivo respecto a la naturaleza de Dios; manifestó, al contrario, un desvío de esta enseñanza” (1956, tomo XXVII, pág. 294L).



De acuerdo con el Nouveau Dictionnaire Universel: “La trinidad de Platón, en sí meramente un rearreglo de trinidades más antiguas que se remontan hasta pueblos más primitivos, parece ser la trinidad racional de atributos de índole filosófica que dio origen a las tres hipóstasis o personas divinas respecto de las cuales enseñan las iglesias cristianas. [...] El concepto que tuvo este filósofo griego [Platón, del siglo IV a. de la E.C.] de la divina trinidad [...] puede encontrarse en todas las religiones antiguas [del paganismo]” (París, 1865-1870, edición dirigida por M. Lachâtre, tomo 2, pág. 1467).



En su diccionario bíblico en inglés, Dictionary of the Bible, John L. McKenzie, S.J., dice: “La trinidad de personas dentro de la unidad de naturaleza se define en términos de ‘personas’ y ‘naturaleza’, los cuales son términos filosóficos g[rie]gos; en realidad estos términos no aparecen en la Biblia. Las definiciones trinitarias surgieron como resultado de largas controversias en las cuales ciertos teólogos aplicaron erróneamente a Dios estos términos y otros, tales como ‘esencia’ y ‘sustancia’” (Nueva York, 1965, pág. 899).



Aunque, como lo reconocen los trinitarios, ni la palabra “Trinidad” ni una declaración del dogma trinitario se encuentran en la Biblia, ¿se encuentran en ella los conceptos incorporados en dicho dogma?



¿Enseña la Biblia que el “Espíritu Santo” sea una persona?



Quizás parezca que algunos textos particulares en los que se hace referencia al espíritu santo indiquen personalidad. Por ejemplo, se hace referencia al espíritu santo como a un ayudante (pa·ra´kle·tos, en griego; “Consolador”, FS; “Abogado”, NBE, NC) que ‘enseña’, ‘testifica’, ‘habla’ y ‘oye’ (Juan 14:16, 17, 26; 15:26; 16:13). Pero otros textos dicen que ciertas personas fueron ‘llenas’ de espíritu santo, que algunas fueron ‘bautizadas’ con él o ‘ungidas’ con él (Luc. 1:41; Mat. 3:11; Hech. 10:38). Está claro que estas referencias al espíritu santo no corresponden a una persona. Para comprender lo que la Biblia en conjunto enseña, hay que considerar todos estos textos. ¿Cuál es la conclusión razonable? Que los primeros textos citados aquí emplean lenguaje figurado para personificar al espíritu santo de Dios, su fuerza activa, así como la Biblia también personifica la sabiduría, el pecado, la muerte, el agua y la sangre. (Véanse también las págs. 136, 137, en la sección “Espíritu”.)



Las Sagradas Escrituras nos dicen el nombre personal del Padre... Jehová. Nos informan que el Hijo es Jesucristo. Pero en ningún lugar de las Escrituras se aplica un nombre personal al espíritu santo.



Hech. 7:55, 56 informa que a Esteban se le dio una visión del cielo en la que vio “a Jesús de pie a la diestra de Dios”. Pero no se menciona que viera al espíritu santo. (Véanse también Revelación 7:10; 22:1, 3.)



La New Catholic Encyclopedia admite: “La mayor parte de los textos del N[uevo] T[estamento] revelan que el espíritu de Dios es algo, no alguien; esto se ve especialmente en el paralelismo entre el espíritu y el poder de Dios” (1967, tomo XIII, pág. 575). También informa: “Los apologistas [escritores griegos cristianos del siglo II] hablaron con demasiado titubeo respecto al Espíritu; con cierta medida de expectación, acaso se podría decir de manera demasiado impersonal” (tomo XIV, pág. 296).



¿Concuerda la Biblia con los que enseñan que el Padre y el Hijo no son seres separados y distintos?



Mat. 26:39, VV (1977): “Adelantándose un poco, se postró [Jesucristo] rostro en tierra, orando y diciendo: Padre mío, si es posible pase de mí esta copa; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como tú.” (Si el Padre y el Hijo no fueran individuos distintos, dicha oración habría carecido de significado. Jesús hubiera estado orándose a sí mismo, y necesariamente la voluntad de él habría sido la voluntad de su Padre.)



Juan 8:17, 18, VV (1977): “[Jesús contestó a los fariseos judíos:] En vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da también testimonio de mí.” (Por eso, Jesús definitivamente se refirió a sí mismo como un ser separado y distinto del Padre.)



Véanse también las páginas 204, 205, en la sección titulada “Jehová”.



¿Enseña la Biblia que todos los que supuestamente son parte de la Trinidad sean eternos, que no hayan tenido principio?



Col. 1:15, 16, VV (1977): “El cual [Jesucristo] es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque por él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra.” ¿En qué sentido es Jesucristo “el primogénito de toda creación”? 1) Los trinitarios dicen que aquí “primogénito” significa principal, excelentísimo, el más distinguido; así se entendería que Cristo no es parte de la creación, sino el más distinguido con relación a los que sí habían sido creados. Si así es, y si la doctrina de la Trinidad es cierta, ¿por qué no se dice también que el Padre y el espíritu santo sean primogénitos de toda la creación? Pero la Biblia aplica esa expresión solo al Hijo. De acuerdo con el significado corriente de “primogénito”, esta palabra indica que Jesús es el mayor de la familia de hijos de Jehová. 2) Antes de Colosenses 1:15, la expresión “primogénito de” aparece más de 30 veces en la Biblia, y en cada caso que se aplica a criaturas vivientes aplica el mismo sentido... el primogénito es parte del grupo. “El primogénito de Israel” es uno de los hijos de Israel; “el primogénito de Faraón” es uno de la familia de Faraón; “los primogénitos del ganado” son ellos mismos ganado. Entonces, ¿qué hace que algunos atribuyan un sentido diferente a esta palabra en Colosenses 1:15? ¿Es el uso que se le da en la Biblia, o es una creencia a la que ya se adhieren y para la cual procuran prueba? 3) ¿Excluye Colosenses 1:16, 17 (TA, 1925) a Jesús de haber sido creado cuando dice que “todas las cosas fueron creadas por él mismo [...] y todas subsisten por él”? La palabra griega que aquí se vierte “todas las cosas” es pan´ta, forma declinada de pas. En Lucas 13:2, TA (1925), se vierte esta palabra “todos los demás”; FS dice “los demás”; NC dice “los otros”. (Véanse también Lucas 21:29 en TA y Filipenses 2:21 en CI.) En armonía con todo lo demás que la Biblia dice acerca del Hijo, NM asigna el mismo significado a pan´ta en Colosenses 1:16, 17, de modo que dice, en parte: “Por medio de él todas las otras cosas fueron creadas [...] Todas las otras cosas han sido creadas mediante él y para él”. Así se muestra que él es un ser creado, parte de la creación producida por Dios.



Rev. 1:1; 3:14, VV (1977): “Revelación de Jesucristo, que Dios le dio [...] ‘Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio [griego: ar·khe´] de la creación de Dios.’” (VM, NC, NBE, NM y otras vierten esto de manera parecida.) ¿Es correcto verterlo así? Hay quienes adoptan el parecer de que lo que el texto quiere decir es que el Hijo fue ‘el que principió la creación de Dios’, que él fue su ‘fuente original’. Pero el Greek-English Lexicon de Liddell y Scott (Oxford, 1968, página 252) da “principio” como el primer significado de la palabra ar·khe´. La conclusión lógica es que aquel cuyas palabras se citan en Revelación 3:14 es una creación —el primero de lo que ha sido creación de Dios— que tuvo principio. Compárese con Proverbios 8:22, donde —y en esto concuerdan muchos comentaristas de la Biblia— se representa al Hijo como la sabiduría personificada. De acuerdo con EMN, EH y BJ, se dice que el que allí habla fue ‘creado’.)



En sentido profético, con referencia al Mesías, Miqueas 5:2 (VM) dice que su “procedencia es de antiguo tiempo, desde los días de la eternidad”. VV (1977) dice: “Sus orígenes son desde el principio, desde los días de la eternidad”. ¿Significa esto que él y Dios sean el mismo? Es notable que, en vez de decir “días de la eternidad”, FS vierte la expresión hebrea mediante la expresión “días antiguos”; NC, “días de muy remota antigüedad”; NM, “días de tiempo indefinido”. A la luz de Revelación 3:14, que ya se ha considerado, Miqueas 5:2 no prueba que Jesús no haya tenido principio.



¿Enseña la Biblia que ninguno de los que —según se dice— están incluidos en la Trinidad sea mayor o menor que el otro, que todos sean iguales, que todos sean todopoderosos?



Mar. 13:32, VV (1977): “De aquel día o de aquella hora, nadie sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.” (Claro, no sería así si el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo fueran coiguales y constituyeran una sola Divinidad. Además, si —conforme sugieren algunos— la naturaleza humana del Hijo le impedía tener conocimiento al respecto, todavía se tiene que preguntar: ¿Por qué no lo sabía el Espíritu Santo?)



Mat. 20:20-23, VV (1977): “La madre de los hijos de Zebedeo [...] le dijo [a Jesús]: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. Entonces Jesús, respondiendo, dijo: [...] A la verdad, mi copa beberéis [...] pero el sentarse a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre.” (¡Qué extraño es esto si —conforme afirman algunos— Jesús es Dios! ¿Estuvo Jesús contestando aquí simplemente conforme a su “naturaleza humana”? Si, como dicen los trinitarios, Jesús era verdaderamente “Hombre-Dios” —tanto Dios como hombre, no una sola cosa o la otra— ¿realmente sería consecuente recurrir a dicha explicación? ¿No muestra más bien Mateo 20:23 que el Hijo no es igual al Padre, que el Padre ha reservado ciertos privilegios para sí mismo?)



Mat. 12:31, 32, VV (1977): “Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que diga alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no le será perdonado ni en esta época ni en la venidera.” (Si el Espíritu Santo fuera una persona y fuera Dios, este texto sería una contradicción rotunda de la doctrina de la Trinidad, porque significaría que de algún modo el Espíritu Santo sería mayor que el Hijo. Más bien, lo que Jesús dijo muestra que el Padre, a quien pertenecía el “Espíritu”, es mayor que Jesús, el Hijo del hombre.)



Juan 14:28, VV (1977): “[Jesús dijo:] Si me amarais, os alegraríais, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre es mayor que yo.”



1 Cor. 11:3, VV (1977): “Quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.” (Es patente, pues, que Cristo no es Dios, y que Dios es de rango superior al de Cristo. Debe notarse que esto se escribió alrededor de 55 E.C., unos 22 años después que Jesús había regresado al cielo. Por eso la verdad que se declara aquí aplica a la relación entre Dios y Cristo en el cielo.)



1 Cor. 15:27, 28, VV (1977): “Todas las cosas las sometió [Dios] debajo de sus pies [los de Jesús]. Y cuando dice que todas las cosas han sido sometidas a él, claramente se exceptúa aquel que sometió a él todas las cosas. Y cuando todas las cosas le estén sometidas, entonces también el Hijo mismo se someterá al que le sometió a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.”



Tanto la palabra hebrea Shad·dai´ como la palabra griega Pan·to·kra´tor se traducen “Todopoderoso”. Ambas palabras de los lenguajes bíblicos originales se aplican en muchas ocasiones a Jehová, el Padre (Éxo. 6:3; Rev. 19:6). Jamás se aplica ninguna de estas expresiones al Hijo ni al espíritu santo.



¿Enseña la Biblia que sea Dios cada uno de los que —según se afirma— es parte de la Trinidad?



Jesús dijo en oración: “Padre, [...] ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:1-3, VV [1977]; bastardillas nuestras). (La mayor parte de los traductores usan aquí la expresión “único Dios verdadero” con referencia al Padre. Str dice: “Solo Dios verdadero”. Nadie puede ser “el único Dios verdadero”, el “solo Dios verdadero”, si hay otros dos que sean Dios al mismo grado que él, ¿verdad? Cualesquier otros seres a quienes se llame “dioses” tienen que ser: o falsos, o simplemente un reflejo del Dios verdadero.)



1 Cor. 8:5, 6, VV (1977): “Aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un solo Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.” (Aquí se presenta al Padre como el “un Dios” de los cristianos y en una clase que lo distingue de Jesucristo.)



1 Ped. 1:3, VV (1977): “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” (Varias veces, aun después del ascenso de Jesús al cielo, las Escrituras se refieren al Padre como “el Dios” de Jesucristo. En Juan 20:17, después de la resurrección de Jesús, él mismo se refirió al Padre como “mi Dios”. Luego, cuando estuvo en el cielo, conforme se registra en Revelación 3:12, él nuevamente usó la misma expresión. Pero no se dice nunca en la Biblia que el Padre se haya referido al Hijo como “mi Dios”; y ni el Padre ni el Hijo se refieren al espíritu santo como “mi Dios”.)



Para comentarios sobre los textos bíblicos que algunos utilizan para probar que Cristo es Dios, vea las páginas 209-213, en la sección titulada “Jesucristo”.



En Theological Investigations (Investigaciones teológicas) Karl Rahner, S.J., admite: “???? [Dios] aún no se usa nunca para el Espíritu”, y: “? ???? [literalmente: el Dios] nunca se usa en el Nuevo Testamento para hablar acerca del ????µ? ????? [espíritu santo]” (Baltimore, Md.; 1961, traducido del alemán, tomo I, págs. 138, 143).



¿Proporcionan base sólida para el dogma de la Trinidad cualesquiera de los textos bíblicos que usan los trinitarios para apoyar su creencia?



La persona que realmente esté procurando saber la verdad acerca de Dios no va a examinar la Biblia con la esperanza de hallar un texto que pueda interpretar como algo que encaje o cuadre con lo que cree. Quiere saber lo que la misma Palabra de Dios dice. Quizás halle algunos textos que ella piense que puedan leerse de más de una manera, pero al compararlos con otras declaraciones bíblicas sobre el mismo asunto su significado se hará claro. Desde el principio debería notarse que la mayor parte de los textos que se utilizan como “prueba” de la Trinidad en realidad solo mencionan a dos personas, no a tres; de modo que hasta si la explicación trinitaria de los textos fuera correcta, estos no probarían que la Biblia enseña que hay una Trinidad. Considere lo siguiente:



(A no ser que se indique lo contrario, todos los textos citados en la siguiente porción vienen de VM.)



Textos en los que un título que pertenece a Jehová se aplica a Jesucristo o se afirma que es aplicable a Jesús



Alfa y Omega: ¿A quién pertenece debidamente este título? 1) En Revelación 1:8 se dice que pertenece a Dios, el Todopoderoso. En el versículo 11 de acuerdo con VV (1977) este título se aplica a uno que, según la descripción que de él se da, resulta luego ser Jesucristo. Pero los escriturarios reconocen que la referencia que se hace a Alfa y Omega en el versículo 11 es espuria, y por eso no aparece en VM, BJ, CI, TA, NC. 2) Muchas traducciones de Revelación al hebreo reconocen que aquel a quien se describe en el versículo 8 es Jehová, y por eso restituyen el nombre personal de Dios allí. Véase NM, 1984, edición con referencias, en inglés. 3) Revelación 21:6, 7 indica que los cristianos que son victoriosos en sentido espiritual han de ser ‘hijos’ de aquel a quien se conoce como el Alfa y la Omega. Jamás se dice eso respecto a la relación que tienen con Jesucristo los cristianos que son ungidos con el espíritu. Jesús los llamó sus ‘hermanos’ (Heb. 2:11; Mat. 12:50; 25:40). Pero a esos ‘hermanos’ de Jesús se les llama “hijos de Dios” (Gál. 3:26; 4:6). 4) En Revelación 22:12, TEV inserta el nombre Jesús, de modo que parezca que la referencia al Alfa y la Omega del versículo 13 aplica a él. Pero el nombre Jesús no aparece allí en el griego, y otras traducciones no lo incluyen. 5) En Revelación 22:13 también se dice que el Alfa y la Omega es “el primero y el último”, expresión que se aplica a Jesús en Revelación 1:17, 18. De modo similar, la expresión “apóstol” se aplica tanto a Jesucristo como a algunos de sus seguidores. Pero esto no prueba que sean la misma persona ni que sean de igual rango o nivel, ¿verdad? (Heb. 3:1.) Por eso, las pruebas llevan a la conclusión de que el título “Alfa y Omega” aplica al Dios Todopoderoso, el Padre, no al Hijo.



Salvador: Muchas veces las Escrituras llaman Salvador a Dios. En Isaías 43:11 Dios mismo dice: “Fuera de mí no hay Salvador”. Puesto que a Jesús también se le llama Salvador, ¿son lo mismo Dios y Jesús? De ninguna manera. Tito 1:3, 4 habla de “Dios nuestro Salvador”, y entonces de “Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Salvador”. De modo que los dos son salvadores. Judas 25 (BJ) muestra cuál es la relación entre los dos al decir: “Al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor”. (Las bastardillas son nuestras.) (Vea también Hechos 13:23.) En Jueces 3:9 la misma palabra hebrea (moh·shi´a', vertida “salvador” o “libertador”) que se usa en Isaías 43:11 se aplica a Otniel, juez de Israel, pero eso ciertamente no quería decir que Otniel fuera Jehová, ¿verdad? Al leer Isaías 43:1-12, el lector se da cuenta de que el versículo 11 significa que solo Jehová fue Quien proporcionó salvación, o liberación, para Israel; dicha salvación no provino de ninguno de los dioses de las naciones circunvecinas.



Dios: En Isaías 43:10 Jehová dice: “Antes de mí no fue formado Dios alguno, ni después de mí habrá otro”. ¿Significa esto que, puesto que a Jesucristo se le llama proféticamente “Poderoso Dios” en Isaías 9:6, Jesús tiene que ser Jehová? De nuevo, la respuesta basada en el contexto es: ¡No! Ninguna de las naciones gentiles idólatras formó un dios antes de Jehová, porque nadie existió antes de Jehová. Tampoco en el futuro formarían ningún dios vivo y verdadero que pudiera profetizar (Isaías 46:9, 10). Pero esto no significa que Jehová nunca haya dado existencia a alguien a quien debidamente se llame un dios (Sal. 82:1, 6; Juan 1:1, NM). En Isaías 10:21 (BJ) se llama “Dios poderoso” a Jehová, como se llama a Jesús en Isaías 9:6, pero solo a Jehová se le llama alguna vez “Dios Todopoderoso”. (Gén. 17:1.)



Si cierto título o frase descriptiva se halla en más de un lugar en las Escrituras, nunca se debería concluir apresuradamente que siempre se refiere a la misma persona. Tal razonamiento nos llevaría a concluir que Nabucodonosor fue Jesucristo, porque a ambos se llama “rey de reyes” (Dan. 2:37; Rev. 17:14); y que los discípulos de Jesús de hecho fueron Jesucristo, porque a él y a ellos se llama “la luz del mundo” (Mat. 5:14; Juan 8:12). Siempre debemos considerar el contexto y cualesquier otros casos en que aparezca la misma expresión en la Biblia.



Aplicación a Jesucristo, por escritores bíblicos inspirados, de pasajes de las Escrituras Hebreas que claramente tienen aplicación a Jehová



¿Por qué se cita Isaías 40:3 en Juan 1:23 y se aplican las palabras de este texto a lo que hizo Juan el Bautizante al preparar el camino para Jesucristo, en vista de que es patente que en Isaías 40:3 se está considerando la preparación del camino ante Jehová? Esto se debe a que Jesús representó a su Padre. Vino en el nombre de su Padre y tenía la garantía de que su Padre siempre estaba con él, porque hacía las cosas que agradaban a su Padre. (Juan 5:43; 8:29.)



¿Por qué se cita Salmo 102:25-27 en Hebreos 1:10-12 y se aplica al Hijo, cuando el salmo dice que está dirigido a Dios? Esto se debe a que el Hijo es aquel mediante el cual Dios efectuó las obras de creación que el salmista describe allí. (Véanse Colosenses 1:15, 16 y Proverbios 8:22, 27-30.) Debe notarse que en Hebreos 1:5b se hace una cita de 2 Samuel 7:14 y esta se aplica al Hijo de Dios. Aunque el texto tuvo aplicación primeramente a Salomón, el que se aplicara después a Jesucristo no significa que Salomón y Jesús fueran el mismo individuo. Jesús es “mayor que Salomón” y efectúa una obra que fue prefigurada por Salomón. (Luc. 11:31.)



Textos bíblicos que mencionan juntos al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo



Mateo 28:19 y 2 Corintios 13:14 son ejemplos de esto. Ninguno de estos textos dice que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean coiguales o coeternos o que todos sean Dios. La prueba bíblica que ya se ha presentado en las páginas 400-404 arguye en contra de leer tales pensamientos en estos textos.



La Cyclopedia of Biblical, Theological, and Ecclesiastical Literature, de McClintock y Strong, aunque favorece la doctrina de la Trinidad, reconoce lo siguiente con relación a Mateo 28:18-20: “Sin embargo, este texto, tomado por sí mismo, no probaría decisivamente ni la personalidad de los tres sujetos mencionados ni la igualdad ni divinidad de ellos” (reimpresión de 1981, tomo X, pág. 552). Con relación a otros textos que también mencionan a los tres juntos, esta Cyclopedia reconoce que, tomados por sí mismos, son “insuficientes” para probar la Trinidad. (Compárese con 1 Timoteo 5:21, donde se menciona juntos a Dios, Cristo y los ángeles.)



Textos de las Escrituras Hebreas en los que se aplica a Dios la forma plural de nombres o sustantivos



En Génesis 1:1 el título “Dios” se traduce de la palabra ’Elo·him´, que es plural en hebreo. Los trinitarios interpretan esto como indicio de la Trinidad. Además, al explicar Deuteronomio 6:4, dicen que da a entender la unidad de los miembros de la Trinidad, porque dice: “El SEÑOR nuestro Dios [de ’Elohim´] es un SEÑOR”.



La forma plural del sustantivo del nombre que aparece aquí en hebreo es el plural de majestad o excelencia. (Véanse NBE, vocabulario del A[ntiguo] T[estamento]; y Diccionario ilustrado de la Biblia, de Wilton M. Nelson, 1977, pág. 170; también, New Catholic Encyclopedia, 1967, tomo V, pág. 287.) No transmite la idea de pluralidad de personas dentro de una divinidad. De manera semejante, en Jueces 16:23, cuando se hace referencia al dios falso Dagón, se utiliza una forma del título ’elo·him´; el verbo acompañante está en singular, lo cual muestra que se hace referencia a un solo dios. En Génesis 42:30 se habla de José como el “señor” (’adho·neh´, el plural de excelencia) de Egipto.



El griego no tiene un ‘plural de majestad o excelencia’. Por consiguiente, en Génesis 1:1 los traductores de la LXX usaron ho The·os´ (Dios, en singular) como el equivalente de ’Elo·him´. En Marcos 12:29, donde se reproduce una respuesta de Jesús en la que citó Deuteronomio 6:4, se usa igualmente el singular griego ho The·os´.



En Deuteronomio 6:4 el texto hebreo contiene el Tetragrámaton dos veces, y por eso lo más correcto es que se lea: “Jehová nuestro Dios es un solo Jehová” (NM). La nación de Israel, a quien se dirigieron estas palabras, no creía en la Trinidad. Los babilonios y egipcios adoraban trinidades de dioses, pero a Israel se le dio a conocer claramente que Jehová es diferente.



Textos de los cuales uno podría llegar a más de una conclusión, según la traducción de la Biblia que utilice



Si gramaticalmente un pasaje se puede traducir de más de una manera, ¿cuál es la traducción correcta? La que esté en armonía con el resto de la Biblia. Si alguien pasa por alto otras porciones de la Biblia y edifica su fe sobre una traducción favorita de cierto versículo en particular, entonces lo que esa persona cree no refleja en realidad la Palabra de Dios, sino sus propias ideas y quizás las de otro humano imperfecto.



Juan 1:1, 2:



VM dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios”. (VV, Str, EMN usan una fraseología parecida.) Sin embargo, NM dice: “En el principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios. Este estaba en el principio con Dios”.



¿Cuál traducción de Juan 1:1, 2 está en armonía con el contexto? Juan 1:18 dice: “A Dios nadie jamás le ha visto”. El versículo 14 dice claramente que “el Verbo [la Palabra] fué hecho carne y habitó entre nosotros y vimos su gloria”. Además, los versículos 1 y 2 dicen que en el principio él estaba “con Dios”. ¿Puede alguien estar con alguna persona y al mismo tiempo ser esa persona? En Juan 17:3, Jesús se dirige al Padre y lo llama “solo Dios verdadero”; por eso, Jesús como “un dios” sencillamente refleja las cualidades divinas de su Padre. (Heb. 1:3.)



¿Es consecuente con las reglas de la gramática griega la traducción “un dios”? Algunos libros de consulta insisten en que el texto griego debe traducirse: “La Palabra [el Verbo] era Dios”. Pero no todos concuerdan. En su artículo “Complementos predicativos cualitativos y sin artículo: Marcos 15:39 y Juan 1:1”, Philip B. Harner dijo que cláusulas como la de Juan 1:1, “con un predicado sin artículo precediendo al verbo, son principalmente cualitativas en significado. Indican que el logos tiene la naturaleza de theos”. Sugiere: “Quizás la cláusula pudiera traducirse: ‘El Verbo era de la misma naturaleza que Dios’” (Journal of Biblical Literature, 1973, págs. 85, 87). Así, es significativo el que, en este texto, el término the·os´ no tenga el artículo definido (ho) la segunda vez que aparece, y que anteceda al verbo en la oración en griego. Es interesante que traductores que insisten en verter Juan 1:1: “El Verbo era Dios” no vacilen en usar el artículo indefinido (un) al verter otros pasajes donde un complemento predicativo singular sin artículo antecede al verbo. Así, en Juan 6:70 tanto VP como GR llaman a Judas Iscariote “un diablo”, y en Juan 9:17 describen a Jesús como “un profeta”.



John L. McKenzie, S.J., en su Dictionary of the Bible, dice: “Rigurosamente, Jn 1:1 debe traducirse ‘la palabra estaba con el Dios [= el Padre], y la palabra era un ser divino’” (Lo que está entre corchetes es de él. Publicado con nihil obstat e imprimátur; Nueva York, 1965, pág. 317).



En conformidad con lo anterior, AT dice: “la Palabra era divina”; Mo: “el Logos era divino”; NTIV: “la palabra era un dios”. Ludwig Thimme, en su traducción al alemán, lo expresa de esta manera: “Dios de cierta suerte la Palabra era”. El referirse a la Palabra o el Verbo (quien llegó a ser Jesucristo) como a “un dios” es consecuente con el uso que se da a esa expresión en el resto de las Escrituras. Por ejemplo, en Salmo 82:1-6 se llama “dioses” (hebreo: ’elo·him´; griego: the·oi´, en Juan 10:34) a jueces humanos de Israel porque eran representantes de Jehová y habían de declarar Su ley.



Véase también el apéndice de la edición con referencias de NM, (en inglés), pág. 1579.



Juan 8:58:



VM dice: “Díjoles Jesús: En verdad, en verdad os digo: Antes que Abraham naciera, yo soy [griego: e·go´ ei·mi´]”. (BJ, VV [1977], BC, LT, CI, todas dicen: “Yo soy”, y algunas hasta usan letras mayúsculas para transmitir la idea de que es un título. Así procuran relacionar la expresión con Éxodo 3:14, donde, según como vierten ellas el pasaje, Dios se refiere a sí mismo por el título “Yo Soy”.) Sin embargo, en NM la parte final de Juan 8:58 dice: “Antes que Abrahán viniese a existir, yo he sido”. (La misma idea se transmite en la fraseología que usan NC, FF, VP, BD, FS y TA.)



¿Cuál modo de verter la expresión está en armonía con el contexto? La pregunta de los judíos (versículo 57) a la que Jesús estaba respondiendo tenía que ver con edad, no con identidad. La respuesta de Jesús, lógicamente, trató con su edad, la largura de su existencia. Es interesante el hecho de que nunca se trata de aplicar e·go´ ei·mi´ como título al espíritu santo.



Un libro de gramática en inglés sobre el griego de las Escrituras, A Grammar of the Greek New Testament in the Light of Historical Research, por A. T. Robertson, dice: “El verbo [ei·mi´] [...] Algunas veces sí expresa existencia como predicado como cualquier otro verbo, como en [e·go´ ei·mi´] (Juan 8:58)” (Nashville, Tennessee; 1934, pág. 394).



Véase también el apéndice de la edición con referencias de NM (en inglés) de 1984, págs. 1582, 1583.



Hechos 20:28:



BJ dice: “Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con su propia sangre”. (VV [1977]; TA, NC usan una fraseología parecida.) Sin embargo, en NM la parte final del versículo dice: “la sangre del [Hijo] suyo”. (NBE y CI presentan lecturas parecidas. PB dice: “sangre propia”.)



¿Qué manera(s) de verter el versículo concuerda(n) con 1 Juan 1:7, que dice: “La sangre de Jesús su Hijo [el de Dios] nos limpia de todo pecado”? (Véase también Revelación 1:4-6.) De acuerdo con lo que se declara en Juan 3:16, ¿envió Dios a su Hijo unigénito para que tuviéramos vida, o vino Dios mismo como hombre? No fue la sangre de Dios, sino la de su Hijo, la que fue derramada.



Véase también el apéndice de la edición con referencias de NM (en inglés) de 1984, pág. 1580.



Romanos 9:5:



BJ dice: “Los patriarcas; de los cuales también procede Cristo según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén”. (VV, TA presentan una lectura parecida.) Sin embargo, en NM la parte final del versículo dice: “de quienes provino el Cristo según la carne: Dios, que está sobre todos, sea bendito para siempre. Amén”. (Todas estas versiones: NBE [y nota al pie de la página], BD, PB [y nota], FF [y nota] usan una fraseología parecida a la de NM.)



¿Dice este versículo que Cristo esté “sobre todos” y que por consiguiente él sea Dios? ¿O se refiere a Dios y a Cristo como individuos distintos y dice que Dios está “sobre todos”? ¿Cuál de las traducciones de Romanos 9:5 concuerda con Romanos 15:5, 6, donde primero se establece una distinción entre Dios y Cristo Jesús y entonces se insta al lector a ‘glorificar al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo’? (Véanse también 2 Corintios 1:3 y Efesios 1:3.) Considere lo que se dice después en el capítulo 9 de Romanos. Los versículos 6-13 muestran que el cumplimiento del propósito de Dios no depende de la herencia según la carne, sino de la voluntad de Dios. Los versículos 14-18 hacen referencia al mensaje de Dios a Faraón, conforme se encuentra registrado en Éxodo 9:16, para hacer resaltar el hecho de que Dios está sobre todos. En los versículos 19-24 se da otra ilustración de la superioridad de Dios mediante la analogía de un alfarero y las vasijas de barro que él fabrica. ¡Cuán apropiada es, entonces, la expresión del versículo 5: “Dios, que está sobre todos, sea bendito para siempre. Amén” (NM)!



El diccionario teológico en inglés The New International Dictionary of New Testament Theology declara: “Existe una controversia sobre Rom. 9:5. [...] Sería fácil, y desde el punto de vista lingüístico sería perfectamente posible, aplicar la expresión a Cristo. El versículo entonces diría: ‘Cristo quien es Dios sobre todos, bendito para siempre. Amén’. Aun así, Cristo no sería igualado con Dios en sentido absoluto, sino solamente descrito como un ser de naturaleza divina, porque la palabra theos no tiene artículo. [...] La explicación mucho más probable es que la declaración sea una doxología dirigida a Dios” (Grand Rapids, Michigan; 1976, traducido del alemán, tomo 2, pág. 80).



Véase también el apéndice de la edición con referencias de NM (en inglés) de 1984, págs. 1580, 1581.



Filipenses 2:5, 6:



VV (1934) dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual á Dios”. (Scío tiene la misma fraseología. VM dice: “no estimó el ser igual a Dios como cosa a que debía aferrarse”.) Sin embargo, en NM la parte final de este pasaje dice: “quien, aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a un arrebatamiento [griego: har·pag·mon´], a saber, que debiera ser igual a Dios”. (NC, EH (1964), Str, FF transmiten la misma idea.)



¿Cuál idea concuerda con el contexto? El versículo 5 aconseja a los cristianos que imiten a Cristo en el asunto que se está considerando. ¿Pudiera instárseles a no pensar que fuera una “usurpación”, sino su derecho, ‘ser iguales a Dios’? ¡Por supuesto que no! Sin embargo, pueden imitar al que “no dio consideración a un arrebatamiento, a saber, que debiera ser igual a Dios”. (Compárese con Génesis 3:5.) Una traducción de esa índole también está de acuerdo con Jesucristo mismo, quien dijo: “El Padre es mayor que yo”. (Juan 14:28.)



The Expositor’s Greek Testament dice: “No podemos hallar ningún pasaje en el que [har·pa´zo] o alguna de sus formas derivadas [incluso har·pag·mon´] tenga el sentido de ‘mantener en posesión’ o ‘retener’. Parece que significa, de manera invariable, ‘apoderarse de’, ‘arrebatar violentamente’. Por consiguiente, no es permisible deslizarse del verdadero sentido de ‘intento de agarrar’ a uno que es totalmente diferente: ‘adherirse a’” (Grand Rapids, Michigan; 1967, edición dirigida por W. Robertson Nicoll, tomo III, págs. 436, 437).



Colosenses 2:9:



VV (1934) dice: “En él [Cristo] habita toda la plenitud de la divinidad [griego: the·o´te·tos] corporalmente”. (Un pensamiento parecido se transmite por la traducción del versículo en NBE, VM, BJ, NC y BC.) NM dice: “Es en él que mora corporalmente toda la plenitud de la cualidad divina”. (CI dice: “esencia divina”; VP [Nuevo Testamento, 1966]: “la naturaleza de Dios”. Compárese con 2 Pedro 1:4.)



Obviamente no toda traducción ofrece la misma interpretación de Colosenses 2:9. Pero, ¿cuál está de acuerdo con el resto de la carta inspirada a los Colosenses? ¿Tenía Jesús en sí mismo algo que fuera de él por ser él Dios, parte de una Trinidad, o es la “plenitud” que mora en él algo que llegó a ser de él por decisión ajena? Colosenses 1:19 (VV [1977], BC) dice que toda la plenitud moraba en Cristo porque “tuvo a bien el Padre” que así fuera. LT dice que fue porque “Dios quiso”.



Considere el contexto inmediato de Colosenses 2:9: En el versículo 8 se advierte a los lectores que no vayan a dejarse extraviar por los que abogan por la filosofía y las tradiciones humanas. Se les dice en cuanto a Cristo que “ocultados en él están todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” y se les insta a ‘andar en él’ y a estar “arraigados y siendo edificados en él y siendo estabilizados en la fe” (versículos 3, 6, 7). Es en él, y no en los originadores o maestros de la filosofía humana, en quien mora cierta “plenitud” preciosa. ¿Estaba el apóstol Pablo diciendo aquí que la “plenitud” que habría en Cristo convertía a Cristo en Dios mismo? No de acuerdo con Colosenses 3:1, donde se dice que Jesucristo está “sentado a la diestra de Dios”. (Véanse VV, TA, BJ, VM.)



Conforme al Greek-English Lexicon, de Liddell y Scott, the·o´tes (la forma nominativa de la cual se deriva the·o´tetos) significa “divinidad, naturaleza divina” (Oxford, 1968, pág. 792). El que en verdad sea “divinidad”, o de “naturaleza divina”, no hace a Jesús, como Hijo de Dios, coigual ni coeterno con su Padre, tal como el hecho de que todos los humanos compartan “humanidad” o “naturaleza humana” no los hace coiguales ni hace que tengan la misma edad.



Tito 2:13:



VM dice: “Aguardando aquella esperanza bienaventurada, y el aparecimiento en gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo”. (NC, VP y BJ lo expresan con una fraseología semejante.) Sin embargo, NM dice: “Mientras aguardamos la feliz esperanza y la gloriosa manifestación del gran Dios y del Salvador nuestro, Cristo Jesús”. (PB lo vierte de manera parecida.)



¿Cuál traducción concuerda con Tito 1:4, donde se habla de “Dios el Padre y de Cristo Jesús nuestro Salvador”? Aunque las Escrituras también dicen que Dios es un Salvador, este texto claramente distingue entre él y Cristo Jesús, aquel mediante el cual Dios provee salvación.



Algunas personas afirman que Tito 2:13 indica que Cristo es tanto Dios como Salvador. Es interesante que en VM, NC, VP y BJ se vierte Tito 2:13 de tal modo que pudiera interpretarse que el texto permite dicho punto de vista, pero estas versiones no siguen la misma regla al traducir 2 Tesalonicenses 1:12. En The Greek Testament [El Testamento Griego] Henry Alford declara lo siguiente: “Yo diría que [una traducción que distinga claramente entre Dios y Cristo, en Tito 2:13] satisface todos los requisitos gramaticales de la oración; que es más probable tanto en sentido estructural como contextual, y más en conformidad con el modo de escribir del Apóstol” (Boston, 1877, tomo III, pág. 421).



Véase también el apéndice de la edición con referencias de NM (en inglés) de 1984, págs. 1581, 1582.



Hebreos 1:8:



VM dice: “Del Hijo empero se dice así: ‘¡Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos!’”. (VV, NBE, EH (1976), TA, BJ, NC lo vierten de manera parecida.) Sin embargo, NM dice: “Pero con respecto al Hijo: ‘Dios es tu trono para siempre’”. (AT, Mo, TC, By comunican la misma idea.)



¿Cuál manera de verter el texto está en armonía con el contexto? Los versículos precedentes dicen que es Dios quien habla, no que se le esté hablando a él; y el versículo siguiente utiliza la expresión “Dios, el Dios tuyo”, lo cual muestra que aquel a quien se está hablando no es el Dios Altísimo, sino un adorador de ese Dios. En Hebreos 1:8 se cita de Salmo 45:6, que originalmente se dirigió a un rey humano de Israel. Obviamente el escritor bíblico de este salmo no pensaba que este rey humano fuese el Dios Altísimo. Más bien, en LT Salmo 45:6 [marcado 45(44):7], dice: “Tu trono, como el de Dios, permanece para siempre”. (En el mismo lugar NBE dice: “Tu trono, como el de un Dios”. Y EH [1976]: “Tu trono, cual de Dios, es eterno”.) De Salomón, que posiblemente haya sido el rey a quien originalmente se dirigió el Salmo 45, se decía que se sentaba “sobre el trono de Jehová” (1 Cró. 29:23, NM). En conformidad con el hecho de que Dios es el “trono”, o Fuente y Sustentador de la dignidad real de Cristo, Daniel 7:13, 14 y Lucas 1:32 muestran que Dios confiere dicha autoridad a él.



En Hebreos 1:8, 9 se cita de Salmo 45:6, 7, con relación al cual el escriturario B. F. Westcott declara: “La LXX. permite dos formas de verter el texto: [ho the·os´] puede tomarse como vocativo en ambos casos (Tu trono, oh Dios, [...] por tanto, oh Dios, el Dios tuyo [...]) o se puede tomar como el sujeto (o el predicado) en el primer caso (Dios es tu trono, o tu trono es Dios [...]), y en aposición a [ho the·os´ sou] en el segundo caso (Por tanto Dios, aun tu Dios [...]). [...] Difícilmente es posible que en el original se pueda dar el tratamiento de [’Elo·him´] al rey. Por tanto, la suposición está contra el creer que [ho the·os´] sea vocativo en la LXX. Así, a fin de cuentas parece mejor aceptar en la primera cláusula la traducción: “Dios es Tu trono (o: Tu trono es Dios), o sea: ‘Tu reino está cimentado sobre Dios, la Roca inmovible’”. (The Epistle to the Hebrews [La epístola a los hebreos], Londres, 1889, págs. 25, 26.)



1 Juan 5:7, 8:



VV (1934) dice: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra, el Espíritu, y el agua, y la sangre: y estos tres concuerdan en uno”. (TA también incluye este pasaje trinitario.) Pero NM no incluye las palabras “en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra”. (FS, NBE, NBL, BJ, NC también omiten este pasaje trinitario. VM lo incluye, pero tiene una nota explicativa al margen; VV [1977] lo pone entre corchetes, y en una nota al margen de Mateo 1:25 dice sobre el uso de corchetes en esa traducción: “Los corchetes indican pasajes omitidos por algunos de los principales MSS.”.)



Con relación a este pasaje trinitario, F. H. A. Scrivener, crítico textual, escribió: “Declaramos sin vacilación que estamos convencidos de que estas palabras disputadas no fueron escritas por San Juan; que originalmente se introdujeron del margen —donde habían sido colocadas como una glosa piadosa y ortodoxa sobre el v. 8— a copias latinas del África; que del latín se introdujeron furtivamente en dos o tres códices griegos posteriores, y de allí al texto griego impreso, lugar al cual no tenían derecho legítimo” (A Plain Introduction to the Criticism of the New Testament [Una introducción sencilla al criticismo del Nuevo Testamento], Cambridge, 1883, tercera edición, pág. 654).



Véanse también la nota sobre estos versículos en BJ y el apéndice de la edición con referencias de NM (en inglés) de 1984, pág. 1580.



Otros textos bíblicos que según los trinitarios expresan elementos de su dogma



Nótese que el primero de estos textos bíblicos se refiere solamente al Hijo; el otro se refiere tanto al Padre como al Hijo; ninguno de los dos se refiere al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo ni dice que éstos compongan un Dios.



Juan 2:19-22:



Por lo que Jesús dijo aquí, ¿quiso decir que se resucitaría a sí mismo de entre los muertos? ¿Significa eso que Jesús sea Dios, porque Hechos 2:32 dice: “A este Jesús lo resucitó Dios”? De ningún modo. Dicho punto de vista estaría en conflicto con Gálatas 1:1, donde se atribuye la resurrección de Jesús al Padre, no al Hijo. En Lucas 8:48 Jesús usa un modo de expresión parecido al decir a una mujer las siguientes palabras que allí se citan: “Tu fe te ha sanado”. ¿Se sanó ella misma? No; fue el poder de Dios mediante Cristo lo que la sanó debido a que tuvo fe (Luc. 8:46; Hech. 10:38). De igual manera, por su obediencia perfecta como humano Jesús proveyó la base moral para que el Padre lo levantara de entre los muertos, reconociendo así a Jesús como Hijo de Dios. A causa del derrotero fiel de Jesús en la vida, con toda propiedad se pudo decir que Jesús mismo fue responsable de su resurrección.



A. T. Robertson dice en Word Pictures in the New Testament (Ilustraciones verbales en el Nuevo Testamento): “Recuerde [Juan] 2:19, donde Jesús dice: ‘Y en tres días lo levantaré’. No quiso decir que se levantaría a sí mismo de entre los muertos, independientemente del Padre como el agente activo (Rom. 8:11)” (Nueva York, 1932, tomo V, pág. 183).



Juan 10:30:



Al decir: “Yo y el Padre somos uno”, ¿quiso decir Jesús que fueran iguales? Algunos trinitarios dicen que sí. Pero en Juan 17:21, 22 Jesús oró con relación a sus seguidores: “Que todos ellos sean uno”, y agregó: “Para que ellos sean uno así como nosotros somos uno”. Él usó la misma palabra griega (hen) para “uno” en todos estos casos. Obviamente los discípulos de Jesús no llegaron a ser todos parte de una Trinidad. Pero sí llegan a participar de cierta unidad de propósito con el Padre y con el Hijo, la misma unidad que une a Dios y a Cristo.



¿En qué posición o situación pone el creer en la Trinidad a los que se aferran a tal creencia?



Los pone en una posición muy peligrosa. Es indisputable la prueba de que el dogma de la Trinidad no se halla en la Biblia, ni está en armonía con lo que la Biblia enseña. (Véanse las páginas anteriores.) Es una flagrante representación falsa del Dios verdadero. No obstante, Jesucristo dijo: “Tiempo empero viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre a los tales busca como adoradores suyos. Dios es espíritu; y los que le adoran, es menester que le adoren en espíritu y en verdad” (Juan 4:23, 24, VM). Por consiguiente, Jesús dejó claramente establecido que aquellos cuya adoración no fuera ‘en verdad’, que no estuviera en conformidad con la verdad que se establece en la propia Palabra de Dios, no son “verdaderos adoradores”. A los líderes religiosos judíos del primer siglo Jesús dijo: “Habéis invalidado la palabra de Dios por vuestra tradición. ¡Hipócritas! ¡admirablemente profetizó de vosotros Isaías, diciendo: Este pueblo con los labios me honra; pero su corazón lejos está de mí: mas en vano me rinden culto, enseñando doctrinas que son preceptos de los hombres!” (Mat. 15:6-9, VM). Esto aplica con igual fuerza a los de la cristiandad de hoy que se adhieren a tradiciones humanas y las prefieren a las verdades claras de la Biblia.



Con relación a la Trinidad, el Credo Atanasiano dice que sus componentes son “incomprensibles”. A menudo los maestros de la doctrina dicen que es un “misterio”. Obviamente tal Dios Trinitario no es el que Jesús tenía presente cuando dijo: “Nosotros adoramos lo que conocemos” (Juan 4:22, VM). ¿Conoce usted realmente al Dios a quien adora?



Cada uno de nosotros nos enfrentamos a preguntas de gran importancia: ¿Amamos sinceramente la verdad? ¿Verdaderamente queremos una relación aprobada con Dios? No toda persona ama genuinamente la verdad. Muchas han puesto el tener la aprobación de sus parientes y asociados por encima del amor a la verdad y a Dios (2 Tes. 2:9-12; Juan 5:39-44). Pero, como dijo Jesús en fervorosa oración a su Padre: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3, NM). Además, Salmo 144:15 dice verazmente: “¡Feliz es el pueblo cuyo Dios es Jehová!” (NM).



saludos
2007-05-29 12:12:54 UTC
No creo por que la trinidad es un concepto mucho antes del cristianismo y tomado de las corrientes egipcias, babilónicas y griegas. La cristiandad la ha tomado y aplicado sin base biblica ya que los textos que estas citando no hacen mención en ninguna parte a la trinidad y además no hay que sacarlos del contexto.

Observa el artículo que te envío y después saca tus conclusiones.

¿Cómo se desarrolló la doctrina de la Trinidad?



AL LLEGAR a este punto, puede que usted pregunte: ‘Si la Trinidad no es enseñanza bíblica, ¿cómo llegó a ser doctrina de la cristiandad?’. Muchos creen que fue formulada en el Concilio de Nicea en 325 E.C.



Pero eso no es totalmente correcto. El Concilio de Nicea sí aseguró que Cristo era de la misma sustancia que Dios, lo que colocó la base para la teología trinitaria posterior. Pero no estableció la Trinidad, pues en aquel concilio no se dijo que el espíritu santo fuera la tercera persona de una Deidad trina y una.



El papel de Constantino en Nicea



POR muchos años había habido mucha oposición, sobre base bíblica, al desarrollo de la idea de que Jesús fuera Dios. En un esfuerzo por resolver la disputa, el emperador romano, Constantino, convocó a todos los obispos a Nicea. En realidad asistieron alrededor de 300, una fracción del total.



Constantino no era cristiano. Supuestamente se convirtió más tarde en la vida, pero no se bautizó sino hasta que se hallaba en su lecho de muerte. Henry Chadwick dice sobre él en The Early Church (La iglesia primitiva): “Constantino, como su padre, adoraba al Sol Invicto; [...] su conversión no debería interpretarse como una experiencia interna de la gracia [...] Fue asunto militar. Él nunca comprendió muy claramente la doctrina cristiana, pero estaba seguro de que la victoria en el combate venía como dádiva del Dios de los cristianos”.



¿Qué papel desempeñó en el Concilio de Nicea aquel emperador no bautizado? La Encyclopædia Britannica relata: “Constantino mismo presidió y dirigió activamente las discusiones y personalmente propuso [...] la fórmula decisiva que expresaba la relación de Cristo con Dios en el credo que el concilio emitió, que es ‘consustancial con el Padre’ [...] Impresionados por el emperador, los obispos —con solo dos excepciones— firmaron el credo, aunque muchos de ellos no estaban muy inclinados a hacerlo”.



Por lo tanto, el papel de Constantino fue crítico. Después de dos meses de enconado debate religioso, aquel político pagano intervino y decidió a favor de los que decían que Jesús era Dios. Pero ¿por qué? Ciertamente no fue por convicción bíblica. “Básicamente, Constantino no entendía nada de las preguntas que se hacían en teología griega”, dice A Short History of Christian Doctrine. Lo que sí entendía era que aquella división religiosa era una amenaza para su imperio, y él quería fortalecer su dominio.



Sin embargo, ninguno de los obispos reunidos en Nicea promovió una Trinidad. Decidieron solamente sobre la naturaleza de Jesús, pero no el papel del espíritu santo. Si la Trinidad hubiera sido claramente una verdad bíblica, ¿no deberían haberla propuesto entonces?



Sigue el desarrollo



DESPUÉS de Nicea los debates sobre este asunto siguieron por décadas. Por un tiempo hasta se volvió a favorecer a los que creían que Jesús no era igual a Dios. Pero después el emperador Teodosio decidió contra ellos. Estableció el credo del Concilio de Nicea como la norma para su dominio y convocó el Concilio de Constantinopla en 381 E.C. para aclarar la fórmula.



Aquel concilio concordó en colocar al espíritu santo en el mismo nivel de Dios y de Cristo. Por primera vez empezó a perfilarse la enseñanza trinitaria de la cristiandad.



Sin embargo, ni siquiera después del Concilio de Constantinopla llegó la Trinidad a ser un credo extensamente aceptado. Muchos se oponían a él, y se atraían por ello violenta persecución. Solo en siglos posteriores fue formulada la Trinidad en credos fijos. The Encyclopedia Americana dice: “El desarrollo pleno del trinitarismo tuvo lugar en Occidente, en el escolasticismo de la Edad Media, cuando se quiso dar una explicación en términos filosóficos y sicológicos”.



El Credo de Atanasio



LA TRINIDAD fue definida en términos más completos en el Credo de Atanasio. Atanasio era un clérigo que había apoyado a Constantino en Nicea. El credo que lleva su nombre declara: “Adoramos a un solo Dios en Trinidad [...] El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios; y sin embargo no hay tres dioses, sino un solo Dios”.



No obstante, ciertos eruditos bien informados concuerdan en que Atanasio no compuso ese credo. The New Encyclopædia Britannica comenta: “La Iglesia Oriental no conoció el credo sino hasta el siglo XII. Desde el siglo XVII los eruditos en general han concordado en que el Credo de Atanasio no fue escrito por Atanasio (quien murió en 373), sino que probablemente fue compuesto en el sur de Francia durante el siglo V. [...] La influencia de ese credo parece haberse visto principalmente en el sur de Francia y en España en los siglos VI y VII. Se usó en la liturgia de la iglesia en Alemania en el siglo IX y algún tiempo después en Roma”.



Por eso, pasaron siglos desde el tiempo de Cristo antes de que la Trinidad fuera aceptada extensamente en la cristiandad. Y en todo esto, ¿qué guió las decisiones? ¿Fue la Palabra de Dios, o razones clericales y políticas? En su libro Origin and Evolution of Religion, E. W. Hopkins contesta: “La definición ortodoxa final de la Trinidad fue principalmente un asunto de política eclesiástica”.



Se predijo la apostasía



ESTA lamentable historia de la Trinidad corresponde con lo que Jesús y sus apóstoles predijeron que sucedería después del tiempo de ellos. Dijeron que habría una apostasía, una desviación, un apartarse de la adoración verdadera hasta el regreso de Cristo, cuando se restauraría la adoración verdadera antes del día de destrucción que Dios ha fijado para este sistema de cosas.



Respecto a ese “día”, el apóstol Pablo dijo: “No vendrá a menos que primero venga la apostasía y el hombre del desafuero quede revelado”. (2 Tesalonicenses 2:3, 7.) Más tarde, predijo: “Después de mi partida, se introducirán entre vosotros lobos crueles que no perdonarán al rebaño; y también [...] de entre vosotros mismos se levantarán hombres y hablarán cosas perversas, para arrastrar a los discípulos detrás de sí”. (Hechos 20:29, 30, BJ.) Otros discípulos de Jesús también escribieron acerca de esta apostasía con su clase clerical ‘desaforada’. (Por ejemplo, véanse 2 Pedro 2:1; 1 Juan 4:1-3; Judas 3, 4.)



Pablo también escribió: “Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oir novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas”. (2 Timoteo 4:3, 4, BJ.)



Jesús mismo explicó lo que había detrás de aquel desviarse en apostasía de la adoración verdadera. Dijo que él había sembrado buenas semillas, pero que el enemigo, Satanás, sobresembraría mala hierba en el campo. Así, junto con los primeros brotes del trigo apareció también la mala hierba. Sí, habría de esperarse una desviación del cristianismo puro hasta la siega, cuando Cristo rectificaría la situación. (Mateo 13:24-43.) The Encyclopedia Americana da este comentario: “El trinitarismo del siglo IV no reflejó con exactitud la enseñanza del cristianismo primitivo respecto a la naturaleza de Dios; al contrario, fue un desviarse de aquella enseñanza”. Entonces, ¿qué origen tuvo esta desviación? (1 Timoteo 1:6.)



Lo que influyó



POR todo el mundo de la antigüedad, hasta allá en los tiempos remotos de Babilonia, era común la adoración de dioses paganos agrupados en tres, o tríadas. Aquella influencia también dominó en Egipto, Grecia y Roma en los siglos antes, durante y después de Cristo. Y tras la muerte de los apóstoles aquellas creencias paganas empezaron a invadir el cristianismo.



El historiador Will Durant dijo: “El cristianismo no destruyó el paganismo; lo adoptó. [...] De Egipto vinieron las ideas de una trinidad divina”. Y en el libro Egyptian Religion, Siegfried Morenz señala: “Los teólogos egipcios estaban muy interesados en la trinidad [...] Se combina y trata a tres dioses como si fueran un solo ser, a quien se habla en singular. De ese modo la fuerza espiritual de la religión egipcia muestra un enlace directo con la teología cristiana”.



Así, en Alejandría, Egipto, clérigos de fines del siglo III y de principios del IV, como Atanasio, reflejaron aquella influencia cuando formularon ideas que prepararon el camino para la Trinidad. Su propia influencia se esparció, y por eso Morenz ve “la teología alejandrina como intermediaria entre el legado religioso egipcio y el cristianismo”.



En el prólogo de la obra de Edward Gibbon History of Christianity leemos: “Si el cristianismo conquistó el paganismo, también es cierto que el paganismo corrompió el cristianismo. La Iglesia de Roma cambió el deísmo puro de los primeros cristianos [...] en el dogma incomprensible de la trinidad. Conservó como dignos de creerse muchos de los dogmas paganos, inventados por los egipcios e idealizados por Platón”.



A Dictionary of Religious Knowledge señala que muchos dicen que la Trinidad “es una corrupción tomada de las religiones paganas e injertada en la fe cristiana”. Y The Paganism in Our Christianity declara: “El origen de la [Trinidad] es enteramente pagano”.



Así, en la Encyclopædia of Religion and Ethics James Hastings escribió: “En la religión de la India, por ejemplo, nos encontramos con el grupo trinitario de Brahma, Siva y Visnú; y en la religión egipcia con el grupo trinitario de Osiris, Isis y Horus [...] Tampoco es únicamente en las religiones históricas donde se considera a Dios una Trinidad. Uno recuerda en particular el punto de vista neoplatónico de la Realidad Suprema o Final”, que “se representa como una tríada”. ¿Qué tiene que ver el filósofo griego Platón con la Trinidad?



El platonismo



SE CREE que Platón vivió desde 428 hasta 347 antes de Cristo. Aunque no enseñó la Trinidad en su forma actual, sus filosofías prepararon el camino para tal enseñanza. Después surgieron movimientos filosóficos que incluyeron creencias en tríadas, sobre las cuales ejercieron influencia las ideas de Platón acerca de Dios y la naturaleza.



El diccionario francés Nouveau Dictionnaire Universel dice de la influencia de Platón: “La trinidad de Platón, en sí meramente un rearreglo de trinidades más antiguas que se remontan hasta pueblos más primitivos, parece ser la trinidad racional de atributos de índole filosófica que dio origen a las tres hipóstasis o personas divinas respecto a las cuales enseñan las iglesias cristianas. [...] El concepto de la divina trinidad que tuvo este filósofo griego [...] puede encontrarse en toda religión antigua [del paganismo]”.



The New Schaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge (Nueva enciclopedia de conocimiento religioso Schaff-Herzog) muestra la influencia de aquella filosofía griega: “Las doctrinas del Logos y de la Trinidad recibieron su forma de Padres griegos, quienes [...] estuvieron bajo intensa influencia —fuera directa o indirectamente— de la filosofía platónica [...] No se puede negar que de esta fuente entraron errores y corrupciones en la Iglesia”.



The Church of the First Three Centuries dice: “La doctrina de la Trinidad fue formándose gradualmente en tiempos comparativamente tardíos; [...] se originó de una fuente enteramente diferente de las Escrituras judías y cristianas: [...] las manos de los Padres que impusieron la influencia de Platón la desarrollaron y la injertaron en el cristianismo”.



Para fines del siglo III el “cristianismo” y las nuevas filosofías platónicas se unieron de manera inseparable. Como declara Adolf Harnack en Outlines of the History of Dogma (Esquemas de la historia de los dogmas), la doctrina eclesiástica llegó a estar “firmemente arraigada en el terreno del helenismo [el pensamiento griego pagano]. Por consiguiente, llegó a ser un misterio para la gran mayoría de los cristianos”.



La iglesia alegó que sus nuevas doctrinas estaban basadas en la Biblia. Pero Harnack dice: “En realidad legitimó dentro de sí la especulación helénica, los puntos de vista supersticiosos y las costumbres de la adoración misteriosa pagana”.



En el libro A Statement of Reasons (Declaración de razones), Andrews Norton dice de la Trinidad: “No podemos hallar la historia de esta doctrina ni descubrir su fuente en la revelación cristiana, sino en la filosofía platónica [...] La Trinidad no es doctrina de Cristo ni de sus Apóstoles, sino una ficción de la escuela de los platónicos posteriores”.



Así, en el siglo IV E.C. la apostasía que predijeron Jesús y los apóstoles floreció plenamente. El desarrollo de la Trinidad fue solo una manifestación de esto. Las iglesias apóstatas también empezaron a abrazar otras ideas paganas, como las de un infierno de fuego, la inmortalidad del alma y la idolatría. En sentido espiritual, la cristiandad había entrado en sus predichos tiempos de oscuridad, dominada por una creciente clase clerical del “hombre del desafuero”. (2 Tesalonicenses 2:3, 7.)



¿Por qué no la enseñaron los profetas de Dios?



¿POR qué debería ser que, mientras pasaban milenios, ninguno de los profetas de Dios enseñara a su pueblo que existía una Trinidad? A más tardar, ¿no debería haber usado Jesús su aptitud de Gran Maestro para aclarar la Trinidad a sus seguidores? ¿Habría de inspirar Dios centenares de páginas de las Escrituras y todavía no usar ninguna parte de esta instrucción para enseñar la Trinidad si esta en realidad fuera la “doctrina central” de la fe?



¿Deben creer los cristianos que, siglos después de Cristo y después de haberse inspirado divinamente la escritura de la Biblia, Dios apoyaría el que se formulara una doctrina que fue desconocida a sus siervos por miles de años, que es un “misterio inescrutable”, que está “más allá de lo que puede concebir la razón humana”, que, según se confiesa, tuvo antecedentes paganos y fue “principalmente un asunto de política eclesiástica”?



El testimonio de la historia es claro: el enseñar la Trinidad es haberse desviado de la verdad, es haber apostatado de ella.



[Comentario en la página 8]



‘El trinitarismo del siglo IV fue un desviarse de la enseñanza cristiana primitiva.’—The Encyclopedia Americana



[Recuadro en la página 9]



“La tríada de los Grandes Dioses”



Muchos siglos antes del tiempo de Cristo había tríadas o trinidades de dioses en las antiguas Babilonia y Asiria. La “Enciclopedia de mitología Larousse”, una obra francesa, menciona una de las tríadas de aquella zona mesopotámica: “El universo fue dividido en tres regiones, cada una de las cuales llegó a ser el dominio de un dios. La porción de Anu fue el cielo. La Tierra fue dada a Enlil. Ea adquirió dominio sobre las aguas. Juntos constituían la tríada de los Grandes Dioses”.



[Recuadro en la página 12]



Trinidad hindú



El libro “The Symbolism of Hindu Gods and Rituals” (El simbolismo de los dioses y los ritos hindúes) dice esto sobre una trinidad hindú que existió siglos antes de Cristo: “Siva es uno de los dioses de la Trinidad. Se dice que es el dios de la destrucción. Los otros dos dioses son Brahma, el dios de la creación, y Visnú, el dios de la conservación. [...] Para indicar que estos tres procesos son uno y el mismo, se combina a los tres dioses en una sola forma”.—Publicado por A. Parthasarathy, Bombay.
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2007-05-29 10:14:58 UTC
y en que parte de la biblia esta la palabra trinidad?
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2017-03-11 03:09:59 UTC
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2007-05-29 11:59:26 UTC
Bueno estas hablando como de los tres en general, pero cada uno es distinto del otro, no podemos decir que los tres son el mismo, simplemente como puedes explicar Juan 3:10 donde menciona que tanto amò Dios al mundo que dio a su hijo, ¿no crees que si fuera la misma persona diria porque tanto ame al mundo que me entregue por ellos?



Y asi puedo mencionar otras citas biblicas y llegamos a la conclusion de que Dios, Jesucristo y el espiritu santo son totalmente diferentes.
Kimberly
2007-05-29 10:10:49 UTC
Entonces, ¿qué se puede decir de la enseñanza de que Jehová y Jesús son en realidad el mismo Dios, como sostiene la doctrina de la Trinidad? En su número de abril-junio de 1999, la revista The Living Pulpit definió la Trinidad de la siguiente manera: “Hay un solo Dios y Padre, un solo Señor Jesucristo y un solo Espíritu Santo, tres ‘personas’ [...] que son uno y el mismo ser, iguales en esencia [...]; tres personas que son igualmente Dios, de la misma naturaleza, pero en realidad distintas, conocidas por sus características personales”.



¿Cuál es el origen de esta complicada doctrina? La revista The Christian Century, en su número del 20 al 27 de mayo de 1998, cita a un pastor que reconoce que la Trinidad es “una enseñanza de la Iglesia más que una enseñanza de Jesús”. Ahora bien, aunque la Trinidad no es una enseñanza de Jesús, ¿concuerda con lo que él enseñó?



El Padre es superior al Hijo



Jesús enseñó a sus discípulos a pedir en oración: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre”. La Biblia indica que nuestro Padre celestial, cuyo nombre es Jehová, es superior a su Hijo. Por ejemplo, Jehová es “desde siempre hasta siempre”. Pero también dice que Jesús es el “Primogénito de toda la creación”. El hecho de que Jehová es superior lo expuso Jesús mismo al decir: “El Padre es más grande que yo” (Mateo 6:9; Salmo 90:1, 2; Colosenses 1:15; Juan 14:28, Biblia de Jerusalén Latinoamericana). Sin embargo, la doctrina de la Trinidad sostiene que el Padre y el Hijo son “igualmente Dios”.



La superioridad del Padre sobre el Hijo, así como el hecho de que el Padre es alguien aparte, se hacen patentes también en las oraciones de Jesús, como la que hizo antes de su ejecución: “Padre, si deseas, remueve de mí esta copa [es decir, una muerte ignominiosa]. Sin embargo, que no se efectúe mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Si Dios y Jesús son “iguales en esencia”, según afirma la doctrina de la Trinidad, ¿cómo pudiera la voluntad, o el deseo, de Jesús parecer diferente a la voluntad de su Padre? (Hebreos 5:7, 8; 9:24.)



Además, si Jehová y Jesús fueran el mismo, ¿cómo podría ser que uno estuviera al tanto de asuntos que el otro desconociera? Por ejemplo, Jesús dijo con relación al tiempo del juicio de este mundo: “Respecto a aquel día o la hora, nadie sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre” (Marcos 13:32).



La Trinidad y la Iglesia



La Trinidad no es una enseñanza ni de Jesús ni de los primeros cristianos. Como se indicó anteriormente, es “una enseñanza de la Iglesia”. En su número de 1999 acerca de la Trinidad, la revista The Living Pulpit señaló: “A veces parece que todo el mundo asume que la doctrina de la Trinidad es una enseñanza teológica cristiana establecida”, pero añadió que no es “una idea bíblica”.



La New Catholic Encyclopedia (1967) trata en detalle la doctrina de la Trinidad y admite: “El dogma trinitario es en definitiva un invento de finales del siglo IV. [...] La fórmula ‘tres Personas distintas y un solo Dios’ no se arraigó firmemente antes de finales del siglo IV y, desde luego, no se asimiló en la vida cristiana ni en su confesión de fe con anterioridad a esa fecha”.



Martin Werner, profesor de la Universidad de Berna (Suiza), hizo esta observación: “Dondequiera que en el Nuevo Testamento se hace referencia a la relación de Jesús con Dios, el Padre —sea en lo que respecta a su venida como hombre o a su posición como Mesías—, se concibe y representa categóricamente como subordinada”. Está claro que lo que creían Jesús y los primeros cristianos es muy distinto de la doctrina de la Trinidad que enseñan hoy día las iglesias. ¿Cuál es el origen, pues, de esta doctrina?



El origen de la Trinidad



La Biblia hace referencia a muchas deidades que se adoraban en el pasado, como Astoret, Milcom, Kemós y Mólek (1 Reyes 11:1, 2, 5, 7). Hasta hubo una época en la que muchos habitantes de la antigua nación de Israel creían que Baal era el Dios verdadero. Por esa razón, Elías, el profeta de Jehová, los puso ante esta disyuntiva: “Si Jehová es el Dios verdadero, vayan siguiéndolo; pero si Baal lo es, vayan siguiéndolo a él” (1 Reyes 18:21).



El culto a deidades paganas agrupadas en tríadas era común antes de que Jesucristo naciera. “De Egipto vinieron las ideas de una trinidad divina”, afirmó el historiador Will Durant. En la Encyclopædia of Religion and Ethics, James Hastings escribió: “En la religión de la India, por ejemplo, nos encontramos con el grupo trinitario de Brahmā, Śiva y Viṣṇu; y en la religión egipcia se halla el de Osiris, Isis y Horus”.



Así pues, hay muchos dioses. ¿Reconocían esto los primeros cristianos? Además, ¿veían a Jesús como el Dios todopoderoso?

JESÚS oraba con frecuencia a Dios, a quien llamaba Padre, y enseñó a sus discípulos a hacer lo mismo (Mateo 6:9-11; Lucas 11:1, 2). En una oración que hizo junto con sus apóstoles, tan solo unas horas antes de morir, Jesús elevó esta petición: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu hijo, para que tu hijo te glorifique a ti [...]. Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:1, 3).



Como puede notarse, Jesús oró a alguien a quien llamó “el único Dios verdadero”. Y luego señaló la posición superior de Dios al decir: “Así que ahora, Padre, glorifícame al lado de ti mismo con la gloria que tenía al lado de ti antes que el mundo fuera” (Juan 17:5). Puesto que Jesús pidió en oración estar al lado de Dios, ¿cómo podría ser él al mismo tiempo “el único Dios verdadero”?
saragrinberg
2007-05-29 10:08:44 UTC
eso habria que preguntarselo a ellos.
Nefertari
2007-05-29 10:36:04 UTC
Asi como nosotros somos alma, cuerpo y espiritu (y somos uno solo) asi es Dios. Padre, Hijo y Espiritu Santo (y sigue siendo uno solo)...





La biblia se presta a muchas interpretaciones y he alli el problema.
yogui
2007-05-29 11:42:52 UTC
Buenos razonamientos,pero fíjate en algunos detalles

¿por que se dice de Jesús que es el primogénito DE LA CREACIÓN DE DIOS?

Padre,si es posible que pase de mi esta copa,pero no como YO quiero si no como TU quieres.¿esta hablando Dios solo?para una conversación tiene que haber dos personas ¿SI?

Al morir dice Jesús "en tus manos encomiendo mi espíritu"¿las manos de quien?

¿a quien tentó el diablo?¿que podía ofrecerle a Dios que le pareciera lo suficientemente interesante como para sentirse tentado?En fin,que respeto tu opinión,pero sigo creyendo que estamos hablando de dos personas diferentes.Padre e hijo.Saludos


Este contenido se publicó originalmente en Y! Answers, un sitio web de preguntas y respuestas que se cerró en 2021.
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