Hay muchas interpretaciones a las 7 frases o palabras, escritas por los evangelistas y puestas en boca de Jesús en la cruz.
Los evangelistas se tuvieron que esforzar, debían armonizar las leyendas sobre el Jesús real y judío, el Cristo irreal y divino de Pablo y las profecías del antiguo testamento.
En los primeros evangelios, el de Juan Marcos y el del anónimo Mateo, en vez de frases salen gritos:
Según Marcos, las últimas palabras de Jesús, no fueron palabras sino un grito de dolor(Marcos 15, 37-38)
Según Mateo, Jesús dio de nuevo un fuerte grito, es decir que ya había gritado anteriormente, por lo que fueron dos los gritos de dolor de Jesús antes de expirar, (Mateo 27, 50-51)
Fue el médico y novelista Lucas que rompió con los gritos y puso en boca de Jesús unas palabras del antiguo testamento, ya que lo de los gritos no gustaba a los nuevos cristianos:
David, Salmo 31:5: “En tus manos encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad”
En realidad la iglesia como tuvo que traducir y ordenar el nuevo testamento, muchas veces añadía frases a las frases puestas en boca de Jesús por los escritores de los evangelios.
Pero dejemos las interpretaciones volar a la libre imaginación, en realidad, como Mesías de los judíos Jesús había fracasado, no hubo una intervención divina en el Monte de los olivos, en el último momento, prendieron a los insurrectos y los ajusticiaron.
Jesús no instauró el inminente reino de los cielos que anunciaba junto a Juan Bautista:
Primero fue el Bautista el que dijo" Haced penitencia pues el reino de los cielos está al llegar" Mateo (3, 2-3)
Después lo repitió el mismo Jesús "Haced penitencia pues el reino de Dios está al llegar" (Mateo 4, 17-18)
O sea que tanto Juan como Jesús predicaban lo mismo, y decían lo mismo, la inminencia de la instauración del Reino real y teocrático de Dios o de los Cielos en la nueva Israel con Jesús como el Mesías (palabra hebrea "mashiaj") de los judíos o, si lo prefieren en griego, como el Cristo (Cristós en griego) que reinaría físicamente en Jerusalén. Esto falló, no hubo una instauración del reino de Dios, ni una intervención divina, así que la última palabra de Jesús fue muy acertadamente:
ELOI, ELOI, ¿LEMA SABACTANI?, que traducido significa, DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?" Marcos 15:34