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2013-01-09 21:01:32 UTC
Nabucodonosor blasfemó cuando dijo a los compañeros de Daniel: "Quis est Deus, qui eripiet vos de manu mea?"
El rey Senaquerib, por una blasfemia contra Dios, vio muertos por el Angel del Señor 185.000 de sus soldados, y él mismo fue muerto por sus hijos.
Antioco fue terriblemente castigado por sus blasfemias.
Al blasfemo Nicanor le arrancaron la lengua, y por mandato de Judas Macabeo, fue arrojado a las aves para que le devorasen; una de sus manos fue colgada.
El rey Herodes fue comido por los gusanos.
Dice San Gregorio, que un niño de cinco años, por blasfemar, fue arrebatado por el demonio sin que volviese a aparecer. Otro caso semejante refiere San Cirilo de un niño de doce años, que jugando con su padre, blasfemó de San Jerónimo.
Refiere Baronio en sus "Anales" que en Constantinopla, Olimpio, hereje arriano, estando en el baño, comenzó a blasfemar de la Santísima Trinidad, de la que eran los arrianos jurados enemigos; inmediatamente fue atacado de hidrofobia, y destrozándose a sí mismo con las uñas, entregó su sacrílega alma, al demonio.
Roberto, rey de Francia, procuraba conservar la paz en sus Estados, a cuyo fin oraba postrado ante un crucifijo. Y el hijo de Capeto, orando un día en la forma dicha en la ciudad Aurelia, el crucifijo por un prodigio respondió: "No tendrás paz en tu reino hasta que estirpes la blasfemia".
Pedían muchos a Ludovico, rey de Francia, que perdonase a un noble blasfemo, el cual, según decreto, debía ser marcado en la frente con un candente hierro; a lo que respondió "Estoy pronto (y hasta consideraría ser una gracia) a que impriman en mi frente esa señal, con tal que la blasfemia sea estirpada en mi reino". Otro caso semejante refieren los Anales Eclesiásticos de otro rey de la misma nación.
Juan Hurtado, dominicano, oyendo a un soldado blasfemar, le dijo: "Mientes villanamente; Dios no es como dice tu infame labio; Dios es bueno, justo y misericordioso". Apenas oyó esto el soldado, lleno de ira empuñó su espada, y Juan, postrándose de rodillas, esperó con avidez el martirio.
El rey Ezequías, como si fuese iluminado por Dios, tan pronto como oyó la horrenda blasfemia de Senaquerib, creyó segura la victoria, y más confió en su fe, que en el valor y generosidad de sus soldados, apoyándose en que Dios no protegería a quien tan vilmente le había ultrajado. Y en vez de salir a su encuentro, subió al templo del Señor, para oponerse con sus oraciones a la ira de Dios y conseguir la derrota de sus enemigos.
Incitado Job por su esposa para que blasfemase, juzgó más prudente y justo, dice el Crisóstomo, sufrir con resignación tantos males, que agravarlos más con sus blasfemias.
Cuando San Policarpo era excitado por el tirano para que blasfemase de Jesucristo, respondió con energía varonil: "Ya hace ochenta años que le sirvo, y no he recibido de él ningún daño, sino por el contrario, muchos bienes; ¿por qué razón he de blasfemar?, ¿cómo podré yo maldecirle? No, no puedo serle ingrato". Este mismo debiera ser el lenguaje de todos los cristianos, especialmente de aquellos blasfemos que, tan osada como injustamente, ofenden a un Dios tan bueno y de quien han recibido cuanto poseen.
El blasfemo Faraón, que decía "No conozco al Señor", fue precipitado en el mar Rojo.
Holofrnes, por blasfemo, tuvo que sufrir el castigo de una mujer que le cortó la cabeza.
Los judíos, blasfemos contra Jesucristo, fueron exterminados casi completamente por Tito.
El mal ladrón, blasfemó en la cruz, y murió impenitente.
San Pablo entregó al dominio del demonio a Alejandro y a Himeneo a causa de su blasfemia.
Blasfema Juliano el Apóstata, y una flecha le hiere y le mata.
Alemio blasfema y queda poseído del demonio.
El blasfemio Arrio arroja sus entrañas y expira entre acerbos dolores.
Nestorio blasfema de la Virgen, y los gusanos le devoran la lengua.
Blasfema León de Poitiers, y Dios le castiga, dice San Gregorio de Tours, haciéndole sordo, mudo y loco. (Banzo).
No diran que no les dijeron, despues de esto, ni leere sus respuestas, las borrare del correo, ya les dije, allá ustedes y si siguen de chistosos, Dios un dia, les mostrara su justicia.