Ningún humano hoy día puede estar seguro de cómo se pronunciaba originalmente en hebreo. ¿Por qué no? El hebreo de la Biblia se escribía originalmente sólo con consonantes, sin vocales. Cuando el idioma se usaba todos los días, los lectores fácilmente suplían las vocales correspondientes. Sin embargo, con el tiempo los judíos cultivaron la idea supersticiosa de que era incorrecto pronunciar en voz alta el nombre personal de Dios, y por eso usaron expresiones sustitutivas. Siglos más tarde, eruditos judíos desarrollaron un sistema de puntuación por medio del cual indicaban las vocales que se debían usar cuando se leía el hebreo antiguo, pero pusieron las vocales correspondientes a las expresiones sustitutivas alrededor de las cuatro consonantes que representaban el nombre divino. De modo que la pronunciación original del nombre divino se perdió.
Muchos escriturarios favorecen la grafía “Yahweh”, pero hay incertidumbre, y no existe acuerdo entre ellos. Por otro lado, “Jehová” es la forma del nombre que más rápidamente se reconoce, porque se ha usado en español por siglos, y cuando se escribe con “h” final, al igual que otras formas, conserva las cuatro consonantes del tetragrámaton hebreo.
En The Emphasised Bible (La Biblia con énfasis), J. B. Rotherham usó la forma Yahweh por todas las Escrituras Hebreas. Sin embargo, posteriormente usó la forma “Jehovah” en sus Studies in the Psalms (Estudios sobre los Salmos). Explicó: “JEHOVAH... El empleo de esta forma inglesa del nombre Conmemorativo [...] en la actual versión del Salterio no brota de duda alguna en cuanto a la pronunciación más correcta, que es Yahwéh; más bien, únicamente de evidencia práctica, seleccionada personalmente, de lo deseable que es mantener la comunicación con el oído y el ojo públicos en un asunto de esta clase, en que lo principal es la intención de que se reconozca fácilmente el nombre Divino” (Londres, 1911, pág. 29).
Después de considerar varias pronunciaciones del nombre, el profesor alemán Gustav Friedrich Oehler llegó a esta conclusión: “Desde este punto en adelante uso la palabra Jehovah, porque la realidad es que este nombre en la actualidad ha llegado a estar más naturalizado en nuestro vocabulario, y no puede ser reemplazado” (Theologie des Alten Testaments, segunda edición, Stuttgart, 1882, pág. 143).
El erudito jesuita Paul Joüon declara: “En nuestras traducciones, en lugar de la forma (hipotética) Yahweh, hemos usado la forma Jéhovah [...] que es la forma literaria convencional que se usa en francés” (Grammaire de l’hébreu biblique, Roma, 1923, nota al pie de la pág. 49).
Muchos nombres cambian hasta cierto grado en la traducción de un idioma a otro. Jesús nació judío, y su nombre en hebreo quizás se pronunciaba Ye·shu′a‛, pero los escritores inspirados de las Escrituras Cristianas no titubearon en usar la forma griega del nombre, I·e·sous′. En la mayoría de los otros idiomas, la pronunciación es levemente diferente, pero usamos libremente la forma que es común en nuestra lengua. Lo mismo aplica en el caso de otros nombres bíblicos. Entonces, ¿cómo podemos mostrar el debido respeto por Aquel a quien pertenece el más importante de todos los nombres? ¿Sería mediante nunca pronunciar ni escribir Su nombre porque no sabemos exactamente cómo se pronunciaba originalmente? Más bien, ¿no sería mediante usar la pronunciación y la forma de escribirlo que sean más comunes en nuestro idioma, a la vez que hablamos bien del Poseedor de ese nombre y, como adoradores de Él, nos comportamos de una manera que lo honre?
La Versión Torres Amat: El nombre de Jehová se halla en Salmo 82:19 (83:18); Isaías 42:8; pero usa “ADONAI” en Éxodo 6:3; y sustituye el nombre de Dios por “Señor” en la mayoría de los casos.
Versión Moderna: En esta traducción se usa consecuentemente el nombre Jehová en las Escrituras Hebreas, comenzando en Génesis 2:4. También aparece en una nota al margen en Hebreos 1:10.
La Biblia al Día: El nombre de Jehová aparece en Éxodo 3:15, 6:3. Véanse también Génesis 22:14, Éxodo 17:15, Jueces 6:24 y Ezequiel 48:35. (Pero si esta traducción de la Biblia y otras traducciones usan el nombre “Jehová” en varios lugares, ¿por qué no son consecuentes y lo emplean en todos los lugares en que aparece el tetragrámaton en el texto hebreo?)
Traducción de Felipe Scío de San Miguel: En una nota sobre Éxodo 6:3 dice: “Jehovah [...] Este nombre Adonai no se debe tomar en su propia significación, que es Señor, sino como está en el hebreo הוהי [...] Era tan grande la veneración que le profesaban, considerándole como el propio y esencial de Dios, y como la raíz y fundamento de los otros nombres del Señor, que solamente el Sumo Pontífice solía pronunciarlo públicamente cuando bendecía al pueblo en el templo [...] Después de la ruina del templo cesó enteramente de pronunciarse, y así se olvidó su primitiva y verdadera pronunciación; de donde se originó la variedad de opiniones, que hay en esta parte entre los Expositores”. En esta versión también se usa el nombre Jehovah en notas sobre otros textos. Véanse, por ejemplo, las notas sobre Génesis 17:1, Éxodo 34:5 e Isaías 42:8. (Es interesante notar que The Catholic Encyclopedia, 1913, tomo VIII, pág. 329, declara: “Jehovah, el nombre propio de Dios en el Antiguo Testamento; por consiguiente los judíos lo llamaban el nombre por excelencia, el gran nombre, el único nombre”.)
El libro del pueblo de Dios, la Biblia, por Levoratti-Trusso: Dice en la nota sobre Génesis 4:26 “‘El Señor’: siguiendo una costumbre judía, algunas versiones antiguas y modernas de la Biblia sustituyen con esta expresión el nombre del Dios de Israel, que en el texto hebreo aparece solamente con sus cuatros consonantes: YHWH. Hacia el siglo IV a. C., los Judíos dejaron de pronunciar ese nombre y lo sustituyeron por Adonai, “el Señor”. De allí que sea difícil saber cómo se lo pronunciaba realmente aunque varios indicios sugieren que la pronunciación correcta es Yahvé”. (Véase también la nota sobre Éxodo 3:13-15.)
Biblia de Jerusalén: El tetragrámaton se traduce Yahvéh, comenzando en Génesis 2:4, que es el primer lugar donde aparece.
Traducción del Nuevo Mundo: En esta traducción se usa el nombre Jehová tanto en las Escrituras Hebreas como en las Escrituras Griegas Cristianas, y aparece un total de 7.210 veces.
Traducción de Cantera-Iglesias: En Génesis 2:4, 5; 3:11, 14, y en otros lugares usa Yahveh seguido por “’Ělohim”.
La Versión Valera: El nombre Jehová aparece por todas las Escrituras Hebreas. También en la nota al margen (versión de 1977) en Mateo 26:64.
The Emphatic Diaglott de Benjamin Wilson: El nombre Jehová (escrito: Jehovah) se halla en Mateo 21:9 y en otros 17 lugares en esta traducción en inglés de las Escrituras Griegas Cristianas.
El Nuevo Testamento, por Pablo Besson: El nombre Jehová aparece unas 120 veces (Yahvé, y variantes, 4 veces) en el Índice de las citas.
The Holy Scriptures According to the Masoretic Text—A New Translation (Las Santas Escrituras según el texto masorético—Una nueva traducción), versión en inglés por la Sociedad de Publicaciones Judías de América, Max Margolis editor en jefe: En Éxodo 6:3 aparece el tetragrámaton hebreo en el texto inglés.
La Nueva Biblia, Latinoamérica: Se puede hallar el nombre Yavé por todas las Escrituras Hebreas, y en una nota sobre Éxodo 3:15 se afirma que los judíos cambiaron la escritura Yavé por Yehovah.
Versión Popular: No utiliza el nombre de Dios, pero en una nota sobre Éxodo 6:2 dice: “EL SEÑOR. Siguiendo las tradiciones judía y cristiana antiguas, se ha traducido por Señor el nombre divino representado por las cuatro consonantes hebreas YHWH”.
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Pagina Catolica
http://www.apologeticasiloe.com/Apologetica/Los%20Nombres%20de%20Dios.htm
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Muchas religiones enseñan que él se llama “Dios” o “Señor”, pero estos no son en realidad nombres propios. Son títulos, como “rey” o “presidente”. La Biblia revela que Dios posee muchos títulos, entre ellos “Dios” y “Señor”. Pero también enseña que tiene un nombre personal: Jehová.
¿por qué lo han sacado algunos traductores de sus versiones de la Biblia y lo han sustituido por títulos?
Al parecer, hay dos motivos principales. Primero, muchos afirman que no debemos usar el nombre divino, ya que desconocemos cómo se pronunciaba. Dado que el hebreo antiguo se escribía sin vocales, hoy nadie puede decir con seguridad cuáles se utilizaban al pronunciar las letras YHWH en tiempos bíblicos. ¿Deberíamos negarnos por eso a emplear el nombre divino? Pues bien, en tiempos bíblicos, el nombre Jesús probablemente sonaba algo así como Yeshúa o Yehoshúa; nadie puede asegurarlo. Sin embargo, por todo el mundo se usan diferentes formas del nombre Jesús, que se pronuncian de la manera usual en cada idioma. Aunque la gente desconoce cómo se pronunciaba ese nombre en el siglo primero, no duda en usarlo. De igual modo, si usted viajara al extranjero, vería que su nombre suena diferente en otras lenguas.
La segunda razón que suele darse para suprimir en las Biblias el nombre de Dios tiene que ver con una antigua tradición de los judíos. Muchos de ellos creen que nunca debe pronunciarse el nombre divino. Todo indica que esta opinión se debe a una aplicación errónea del siguiente mandamiento: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera ind